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Artículos

Riesgos Químicos

Fecha

11 de Diciembre, 2025

Autor

PROQUINSA

Lectura

15 min

La exposición a riesgos laborales incluye diversas categorías de peligros, entre ellas el riesgo químico, que es el tema central de este análisis. A continuación, se define este concepto, así como los factores y agentes responsables de su generación en el entorno de trabajo.

 ¿Qué es el riesgo químico?

El riesgo químico, también denominado peligro químico, se refiere a las condiciones con un alto potencial de causar daño a la salud ocupacional por exposición no controlada a agentes químicos.
Dicho riesgo se origina cuando los trabajadores entran en contacto con contaminantes químicos que, según su naturaleza, concentración, vía de ingreso y tiempo de exposición, pueden producir efectos graves sobre la salud humana y el medio ambiente, algunos de ellos irreversibles y potencialmente letales.

Tipos de riesgos químicos en salud ocupacional

Los riesgos químicos se clasifican según el efecto nocivo que producen en los organismos vivos:

  • Explosivos: Sustancias capaces de detonar por llama, fricción o choque (ej., nitroglicerina).
  • Comburentes: Compuestos que generan o intensifican la combustión de otras sustancias (ej., oxígeno, peróxido de hidrógeno).
  • Extremadamente inflamables: Líquidos y gases con puntos de inflamación inferiores a 21 °C (ej., hidrógeno).
  • Inflamables: Sustancias que pueden incendiarse por calentamiento, contacto con agua o aire húmedo y liberar gases inflamables (ej.: benceno, acetona).
  • Corrosivos: Productos capaces de destruir tejidos vivos o materiales inertes (ej., ácido clorhídrico).
  • Tóxicos: Sustancias que, al entrar en contacto con un organismo vivo, producen efectos perjudiciales de diversa gravedad.

Factores que determinan el riesgo químico

La industria es la principal fuente de riesgos químicos, que afectan tanto al ser humano como al medio ambiente. El nivel de riesgo depende de:

  • Composición química de la sustancia.
  • Estado físico (sólido, líquido, gaseoso, aerosol).
  • Vía de ingreso al organismo.
  • Tiempo y condiciones de exposición.

1. Inhalación

Los contaminantes dispersos en el aire pueden ingresar al sistema respiratorio, llegar a los alvéolos pulmonares y, posteriormente, pasar al torrente sanguíneo. Según el tipo de sustancia, pueden afectar órganos como el hígado, los riñones y el cerebro.

2. Ingestión

La ingestión accidental o involuntaria puede producir efectos inmediatos (especialmente con sustancias corrosivas), posteriores al paso por el tracto digestivo o al metabolismo hepático.

3. Contacto dérmico

El contacto directo con la piel puede provocar intoxicación por absorción cutánea, especialmente con sustancias liposolubles como insecticidas o plaguicidas, capaces de atravesar la barrera cutánea y distribuirse sistémicamente.

4. Exposición ocular

El contacto de los ojos con polvo químico, vapores o gases puede causar lesiones en la córnea, irritación severa o queratitis. Este tipo de exposición suele acompañarse de daños respiratorios o dérmicos.

 Agentes químicos y sus efectos

Se consideran agentes químicos aquellos productos clasificados como peligrosos según las normas de envasado y etiquetado para la protección del medio ambiente y de la salud humana. Pueden provocar incendios, explosiones, intoxicaciones o enfermedades ocupacionales.

  • Irritantes: Provocan inflamación en piel y mucosas tras contacto repetido (ej.: cloruro de calcio).
  • Asfixiantes: Impiden la adecuada oxigenación de los tejidos.
  • Neumoconióticos: Se acumulan en los pulmones y producen neumoconiosis (ej., polvo de carbón, PVC, algodón).
  • Narcóticos: Inducen pérdida de la conciencia (ej., cloroformo, éteres).
  • Cancerígenos: Generan tumores malignos (ej., benceno, tolueno).
  • Sistémicos: Afectan órganos específicos de manera selectiva (ej., el uranio).
  • Radiactivos: Emiten radiación dañina, ya sea ionizante o no.

Según su capacidad de acumulación, los agentes químicos pueden producir efectos:

  • Acumulativos: Eliminación lenta; se acumulan progresivamente.
  • Parcialmente acumulativos: Se acumulan lentamente, pero su eliminación resulta difícil.
  • No acumulativos: Se eliminan rápidamente del organismo.