Fecha
11 de Diciembre, 2025
Autor
PROQUINSA
Lectura
15 min
La agricultura orgánica o ecológica constituye uno de los enfoques centrales de la agricultura sostenible. Aunque comparte muchas técnicas con otros sistemas agrícolas, se distingue por la prohibición casi total de insumos sintéticos y la obligatoriedad de la rotación de cultivos, una práctica fundamental para fortalecer y mantener la salud del suelo.
Cuando se gestiona adecuadamente, la agricultura orgánica reduce o elimina la contaminación del agua y favorece la conservación del suelo y de los recursos hídricos a nivel de finca. En diversos países desarrollados, como Alemania y Francia, su aplicación es incentivada u obligatoria como estrategia para enfrentar la contaminación de las aguas.
En este sentido, este modelo agrícola genera impactos ambientales positivos y contribuye a mitigar múltiples problemas asociados al cambio climático.
Áreas de impacto de la agricultura orgánica
1. Agua
En numerosas zonas agrícolas, la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas por fertilizantes y plaguicidas sintéticos representa un problema crítico.
Dado que estos insumos están prohibidos en la agricultura orgánica, se sustituyen por fertilizantes naturales como compost, estiércol animal y abonos verdes.
El aumento de la biodiversidad y las mejores prácticas de manejo del suelo también favorecen la infiltración hídrica y reducen la escorrentía.
2. Aire
La agricultura orgánica reduce el consumo de energía no renovable al evitar el uso de insumos agroquímicos cuya producción requiere grandes cantidades de combustibles fósiles.
Asimismo, contribuye a mitigar el efecto invernadero al incrementar la capacidad del suelo para retener carbono.
3. Suelos
El manejo del suelo es un pilar central de la agricultura orgánica. Se aplican prácticas como la rotación de cultivos, los cultivos mixtos, las asociaciones simbióticas, los cultivos de cobertura, la fertilización orgánica y la labranza mínima.
Estas técnicas favorecen la biodiversidad edáfica, mejoran la estructura del suelo y fortalecen su estabilidad, aumentando la disponibilidad de nutrientes y la capacidad de retención de agua. Con ello se compensa la ausencia de fertilizantes minerales sintéticos.
4. Organismos Modificados Genéticamente
El uso de organismos modificados genéticamente (OMG) está estrictamente prohibido en todas las etapas de la producción, elaboración y manipulación de alimentos orgánicos.
La certificación orgánica garantiza que no se han utilizado OMG de manera intencional, lo cual no puede asegurarse en la mayoría de los productos convencionales debido a la falta de obligatoriedad del etiquetado en muchos países.
5. Biodiversidad
Los agricultores orgánicos actúan como custodios de la biodiversidad.
A nivel genético, se favorece el uso de semillas y variedades tradicionales, más resistentes a enfermedades y a presiones climáticas.
A nivel de especies, combinan plantas y animales de manera estratégica para optimizar los ciclos de nutrientes y de energía en el agroecosistema.
6. Servicios ecológicos
La agricultura orgánica fortalece múltiples servicios ecosistémicos esenciales para la producción agrícola y la conservación ambiental. Entre ellos destacan: