Fecha
18 de Julio, 2025
Autor
PROQUINSA
Lectura
15 min
Al tratar el tema de los fertilizantes, comúnmente se asocia su uso con impactos en el medio ambiente. Aunque son esenciales para mantener la producción mundial de alimentos, muchos contienen compuestos que pueden perjudicar la calidad del suelo y el medio ambiente. Ante esto, varias organizaciones del sector agrícola promueven soluciones más sostenibles y responsables, como los fertilizantes orgánicos y biodegradables.
1. Fertilizantes sintéticos: Origen, beneficios y desafíos
A comienzos del siglo XX, los químicos Fritz Haber y Carl Bosch desarrollaron un proceso para sintetizar amoníaco a partir de nitrógeno atmosférico e hidrógeno. Este avance permitió el desarrollo de fertilizantes sintéticos y desencadenó un crecimiento agrícola histórico.
Sin embargo, el uso intensivo de estos productos también ha generado efectos negativos.
Durante los últimos cien años, la concentración de compuestos nitrogenados artificiales en el agua, el suelo y la atmósfera se ha duplicado. Aunque el nitrógeno es esencial para la vida vegetal, su exceso se convierte en un contaminante capaz de:
La comunidad científica considera que este desequilibrio constituye una de las amenazas de contaminación más relevantes que enfrenta la humanidad.
2. La transición hacia una agricultura más sostenible
A escala global, los fertilizantes sintéticos siguen siendo fundamentales para la producción de alimentos, especialmente en países en desarrollo. No obstante, la industria agrícola avanza hacia prácticas más sostenibles y eficientes.
Entre las principales líneas de acción se consideran:
En este proceso, los fertilizantes orgánicos y biodegradables se consolidan como aliados clave para una agricultura más resiliente.
3. ¿Qué son los fertilizantes orgánicos y biodegradables?
Los fertilizantes orgánicos son aquellos que pueden emplearse en la agricultura ecológica bajo normas internacionales (europeas, estadounidenses, japonesas, entre otras) y que cuentan con certificación externa acreditada.
Técnicamente, se trata de insumos cuyos nutrientes:
Estos fertilizantes contribuyen significativamente a la estabilidad física, química y biológica del suelo.
4. Importancia estratégica de la materia orgánica
El suelo agrícola pierde materia orgánica con cada ciclo de cultivo cuando no se compensan adecuadamente los nutrientes extraídos. Distintas investigaciones demuestran que la incorporación de materia orgánica:
En suelos degradados, la aplicación de materia orgánica puede generar respuestas productivas excepcionalmente altas.
5. Fertilizantes orgánico-minerales: Una solución integrada
Los fertilizantes orgánico-minerales combinan materia orgánica estabilizada con nutrientes minerales de disponibilidad inmediata. Esta combinación permite:
Sin este tipo de soluciones integrales, los suelos agrícolas se empobrecen con el tiempo, lo que dificulta satisfacer la demanda alimentaria futura.
Actualmente, existe un interés creciente por fertilizantes enriquecidos con Zinc (Zn), Calcio (Ca), Magnesio (Mg) y Azufre (S), orientados a elevar el valor nutricional y la productividad de los cultivos.
6. Forzasil-K: Tecnología orgánico-mineral para una nutrición vegetal avanzada
Un ejemplo destacado de innovación nutricional es Forzasil-K, un fertilizante orgánico-mineral apto para la agricultura orgánica, de transición y convencional.
Características técnicas:
El aporte integrado de silicio y potasio brinda ventajas fisiológicas y agronómicas, especialmente relevantes en cultivos peruanos, donde el uso del silicio aún es un campo en expansión, con resultados prometedores.
La industria agrícola se orienta hacia soluciones nutricionales que incrementen el rendimiento sin comprometer la sostenibilidad. En este contexto, los fertilizantes orgánicos, biodegradables y orgánico-minerales destacan como alternativas eficientes, técnicas y responsables.
Productos como Forzasil-K representan un avance significativo en la nutrición vegetal moderna, combinando innovación, sostenibilidad y resultados comprobados en campo.